Comedia en tres actos

“Yo tampoco esperaba verte hoy,
y puede que ni el resto de mi vida,
pero aquí estoy”

La hora es lo de menos.
Me duele la cabeza, me duele tanto la cabeza.
Ya ni siquiera en los sueños, ni siquiera en las madrugadas.
Cinco de la mañana. Cuando se terminará este abril de porquería.
Este calor del demonio.
Me tenés harta. Ya no te soporto.
Si talvez fuéramos distintos. Si jamás nos hubiéramos conocido.

(Yo sólo necesito apagar la alarma, dormir hasta cansarme y llenarme de mentiras pero sobretodo apagar la alarma.)

La universidad, siempre la universidad. Las películas sin revelar. Los insultos. Las sirenas.
Señor, yo vivo aquí a la vuelta, como no me va a dejar pasar.
Como va a ser esto posible, usted no entiende que hago aquí tirada.
Usted nunca va a poder entender porque yo estoy aquí y usted allá.
Detrás de las rejas jugando a matar.

Y no nos queda de otra, vos querías ser psicóloga.
Vos querías salir de tu casa a las 14:49, sentarte en el asiento de atrás.
Ponerte el jeans y la camisa celeste. Las sandalias negras y las argollas que algún día fueron verdes. Vos querías caminar de esa forma, hacer planes para el viernes, pensar que pasaría.
Qué pasaría si la vida. Si el mundo se encargara de que te quedés sin un pie reclamando en esa fuente.
Si de pronto entendés que las cosas pasan cuando menos deben.

Entonces que hago, decime que es lo que hago si esto lo planeé tantas veces.
La vida no es ninguna obra de teatro, no es ningún pinche escenario.
En mi guión no figuraba un pie lesionado, yo me dedico a eso entiende, a mi las cosas no me fallan.

Y con vos todo me ha fallado.



Cuando aprenderás a caminar como cualquiera, a reír como cualquiera.
A ser simplemente cualquiera.

Pero la película no fue expuesta. La película estaba escondida detrás de las rejas.
Porque usted nunca va a poder entender porque yo estoy aquí.

Y vos en cámara lenta.
Profundidad de campo, apertura del diafragma treinta y dos cerrado.

Las mejores escenas nunca son como te las habías imaginado.


(Pero a vos qué carajo te importa. Que te puede importar ser el protagonista, el centro de esta patética y amarga comedia.
Que te vas a estar dando cuenta de que estas palabras son tuyas. Que te pueden importar a vos mis escritos.
Mis imágenes.
Mis problemas.)

La hora es lo de menos.
Ya ni siquiera intento.
Ya ni siquiera se me ocurre levantar la cabeza.

Las sandalias se rompen y uno se ríe a carcajadas.
Uno se ríe hasta que salgan lágrimas.
Y se esconde donde nadie lo vea. Uno tiembla y se ríe y camina en dirección opuesta.
De todas formas la vida siempre encuentra la manera.


Cuando uno menos se lo espera.

1 comentarios:

Mega dijo...

Esto que escribiste me hace acordar a un evento que sucedió hace unas semanas atrás ... siento que lo describiste perfectamente, tanto como para encontrar en vos las palabras correctas... gracias :) escribís muy bien!